sábado, 19 de mayo de 2007

Qué es la epilepsia?

Es un padecimiento crónico, de etiología múltiple (la etiología estudia la causa de las enfermedades), caracterizado por presencia de "ataques", convulsivos o provocados, aunque estas dos características pueden o no aparecer. Etimológicamente, la palabra epilepsia significa "ser sobrecogido bruscamente" y se define como una afección crónica que se manifiesta por diversas causas, caracterizada por crisis recurrentes, originadas por una descarga excesiva de las neuronas cerebrales. Desde los tiempos de Hipócrates, se ha intentado borrar la creencia del carácter sobrenatural de este padecimiento, dándole atributos de enfermedad sagrada, sin embargo por temor e ignorancia, el enfermo epiléptico sigue siendo objeto de discriminación en nuestra sociedad. La epilepsia es uno de los padecimientos más comunes de los trastornos neurológicos y representa aproximadamente un 60 a 65 por ciento de la consulta externa del Hospital Infantil. Aproximadamente el 1 por ciento de la población mundial tiene epilepsia y se ha calculado que un 10 por ciento de estos pacientes presentan más de una crisis al mes; paralelamente 5 millones de personas sufren severas discapacidades originadas por las crisis epilépticas. Hasta que no se demuestre lo contrario, la epilepsia debe considerarse como un conjunto de síntomas que se presenta en un importante número de padecimientos del sistema nervioso central, para lo cual el médico deberá buscar las causas que lo originan. La característica clínica más importante de esta enfermedad es la variabilidad de sus manifestaciones, según el tipo de descarga y por otro lado lo impredecible de su presentación y reaparición, con periodos sintomáticos que pueden durar días, semanas, meses o años. La epilepsia se manifiesta en todas las edades, en el 76.8 por ciento se presenta antes de la adolescencia, 16.3 por ciento aparece en el adulto joven, 5.2 por ciento en los adultos y 1.7 por ciento en los ancianos. ¿Quién padece epilepsia? Se ha definido como epilépticos a aquellos pacientes que han sufrido dos o más crisis, que pueden cursar con alteraciones electroencefalográficas. Desde un punto de vista simplista podemos clasificar las crisis epilépticas según sus causas en tres grandes rubros: 1.- Crisis de tipo sintomática, esto es cuando se presenta un síntoma originado por algún proceso dentro del sistema nervioso, como los tumores, o en las secuelas de lesiones como la meningitis o la cisticercosis. 2.- De tipo idiopático (que tiene existencia propia), que aparece en los casos en los cuales existen familiares con epilepsia no sintomática y conllevan algún carácter de tipo genético. 3.- La de tipo criptogénico (enfermedad cuyo origen se desconoce), en las cuales no existe antecedente familiar y se han descartado lesiones dentro del sistema nervioso y la causa de las crisis permanece oscura. ¿Cuáles son los factores de riesgo para que un niño presente eventos epilépticos? Dentro de los factores de riesgo que se presentan están la historia familiar de epilepsia, en el que repercute más la carga genética materna que la paterna, las crisis benignas en los recién nacidos y los síndromes epilépticos por herencia. Entre las enfermedades neurocutáneas (las que se generan en el sistema nervioso y se manifiestan en la piel) más frecuentes que pueden provocar epilepsia, está la esclerosis tuberosa, en la cual se ha reportado hasta un 90 por ciento de incidencia. Alrededor del 10 por ciento de aquellos pacientes que presentan neurofibromatosis y otras condiciones en las cuales existen anormalidades en la migración de los melanocitos (células de base que dan color a la piel) y migración neuronal. Otros factores de riesgo que puede ocasionar eventos epilépticos son los trastornos del metabolismo, las infecciones prenatales, las infecciones virales durante la gestación, reportándose hasta en un 20 por ciento de epilepsia en niños con rubeola congénita, las infecciones por citomegalovirus y toxoplasmosis. Cabe destacar que en los factores perinatales, o en las malformaciones congénitas cerebrales, son altamente frecuentes las convulsiones recurrentes. ¿Qué otras enfermedades producen convulsiones? Entre los agentes que pueden causar convulsiones, se encuentran los traumatismos cráneo-encefálicos, en los cuales se ha estimado que pueden traer como secuelas la epilepsia en un porcentaje de hasta el 7 por ciento; por otra parte, la presencia de sangre dentro del cerebro es un factor muy importante para que existan principios de este mal. Las infecciones del sistema nervioso central, tales como la meningitis, han reportado presencia de crisis hasta en un 30 por ciento en etapa aguda y con persistencia de crisis hasta de un 7 al 10 por ciento, siendo este tipo de eventos de difícil control. Los tumores, especialmente en niños pequeños, rara vez se presentan con crisis convulsivas, pero en niños mayores con tumores supratentoriales (en la membrana que está encima del cerebro), las convulsiones son particularmente un síntoma asociado. Vale la pena señalar que no todas las crisis epilépticas son convulsivas. Para aclarar este punto recordemos las clásicas crisis de "ausencia", en las que el pequeño presenta desconexión con el entorno por breves periodos de tiempo, pudiendo suceder este fenómeno múltiples veces al día. En muchas ocasiones los profesores son los primeros que detectan este tipo de epilepsia, que aunque es un evento generalizado con alteraciones electroencefalográficas, se considera un ataque epiléptico no convulsivo, a diferencia de los eventos convulsivos tónico-clónico generalizados, en donde se observa un paciente que sufre una caída súbita, con movimientos violentos, sacudidas en todo el cuerpo, así como salivación excesiva y relajación de esfínteres. Es importante destacar la gravedad de los pacientes que presentan eventos convulsivos prolongados, ya que su vida corre peligro, por lo que este tipo de casos se consideran como una urgencia médica.